Decenas de servidores públicos con males respiratorias siguen cumpliendo su labor, ante la presión de sus jefes, quienes no permiten descansos "porque no existe orden desde Gobierno Central"
Héctor Aguilar Foto: Archivo
Apenas seis meses antes del inicio de la Independencia de
Estados Unidos, en 1776, Thoma Paine escribió un libro que fue determinante
para el estallido de la misma y la liberación ante los británicos. "The
Common Sence" ("El sentido común"). Casi 250 años después ese
mismo SENTIDO COMÚN debería permear entre las autoridades de la alcaldía
Xochimilco, la cual sigue obligando a sus trabajadores a asistir a campamentos
y servicios administrativos "porque no existe orden desde Gobierno Central
para suspenden actividades", a pesar de que la variante Ómicrón sigue
atacando a sus empleados.
Así lo dio a conocer a este medio gente vinculada a la
alcaldía, quienes se encuentran muy preocupados por el crecimiento de contagios
que existe en sus oficinas, así como en otras áreas de la alcaldía, donde
afirman "vienen compañeros con... bueno, no sabemos si tiene covid o no,
pero sí tiene enfermedades respiratorias, porque mucha gente llega a trabajar
con tos, con escurrimiento nasal, estornudos constantes. Es increíble que
nuestras autoridades no hayan tomado cartas en el asunto, cada vez hay más
personas enfermas y parece no importarles", mencionó nuestra fuente.
Según ellos, a quienes mantendremos en anonimato para
protección de su labor, las oficinas más afectadas son Medio Ambiente, Jurídico
y Gobierno, así como Servicios Urbanos, donde los trabajadores siguen
asistiendo " se la pasan horas en sus oficinas, y son como cuatro o cinco
personas en lugares muy pequeños, donde no hay sana distancia. Lo mismo pasa en
lugares como Administrativo, hay mucha gente y varios de ellos enfermos".
Al consultar a cuando menos dos directores generales en
Xochimilco, nos confirmaron que la queja es cierta, "No existe un
comunicado oficial desde el Gobierno Central donde se nos ordene enviar a los
trabajadores a casa. Por lo cual no podemos tomarnos licencias que no nos
corresponden, pero es cierto, el contagio sigue creciendo en oficinas y
campamentos", afirmaron.
El sentido común con el que abrimos esta nota viene desde
los propios directores y Juds, quienes deberían ocuparlo para mandar a toda esa
gente enferma a sus casas, con la idea de que sus trabajos estarán seguros
cuando menos mientras se mejoran.
Según datos proporcionados por el propio Gobierno Federal,
tan solo en los últimos dos días (martes y miércoles) se han contagiado más de
100 mil personas en el país, muchos de ellos por la variante Ómicron, que,
aunque ha demostrado no ser tan peligrosa, si se esparce con mayor rapidez.
"Se puede sacar el permiso en el ISSSTE, pero solo son
siete días, muchos de los empleados de gobierno no quieren hacerlo porque
tienen que llegar muy temprano y además convivir en la fila con quienes están
mucho peor que ellos, pero son documentos oficiales que pide el Gobierno para darles una incapacidad", dicen.
"Según datos desde la clínica de Gladiolas, en el Barrio
de San Pedro, donde el contagio de doctores también está al alza, "los que
más han venido han sido maestros, quienes sacan su constancia de incapacidad al
sentirse enfermos, pero los que siguen son los trabajadores de la
alcaldía", nos comentó gente de control.
En los campamentos
Por otro lado, los campamentos también se encuentran en
graves problemas de contagio, se quejan conductores de camión y gente perteneciente
al área de limpia.
"Nosotros calculamos que el 50 por ciento de los
compañeros están contagiados o enfermos, porque no los hemos visto. Muchos de
ellos sí tramitaron su constancia, pero otros de plano ya no pudieron. Aquí
tenemos gente que, en algunos casos, no acabaron ni la primaria, entonces es
complicado que les puedas explicar y hagan todo el trámite, pero el covid no
respeta nada y muchos están contagiados y siguen viniendo".
- Pero ¿por qué
siguen trabajando, si nos dicen que podrían estar contagiados?, preguntamos.
"Pues porque los jefes no nos dejan faltar, en lugar de
tratar de entender a la gente, nos presionan diciendo que si no venimos s a
trabajar que nos van a descontar y que hasta podríamos perder el trabajo, y
pues la gente prefiere no decir nada que arriesgarse a eso", comentan.
Por el momento se han reducido las plantillas debido a que el personal sigue faltando, aunque aseguran que las guardias siguen, el problema es que no se sabe si la labor la hacen contagiados o no.
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