Por: Héctor Aguilar
Faltan menos de 72 horas para que tengamos el preciado
"cambio" que usted tanto pidió durante más de 15 años, un
"cambio" que proyectará a un nuevo partido por la joya de la corona
delegacional, un "cambio" que
tendría que proponer "nuevos" valores, estrategias y
actitudes, pero en la realidad un cambio que solo nos dará a conocer a los
viejos perredistas de antaño y no tanto.
El pasado 7 de junio USTED se levantó temprano y fue a las
urnas a dejar su voto, buscando que Xochimilco se transformara, que cambiara lo
que por tantos años echó a perder no solo a una administración, sino incluso la
actitud y costumbres de los propios pueblos y barrios locales.
Políticamente, su "cambio" se dio y ganó otro
partido, pero cuando nos dimos cuenta, eran los mismos, solo que con otras
ropas, con otros colores, pero las mismas costumbres amarillas.
Pero, ¿cómo fue posible que la sociedad no se diera cuenta?
Por principio, el
candidato era un ex diputado local y federal perredista, quien se llenó de
gente de ese mismo partido; bueno, hasta el propio líder moral era perredista
(y antes priista), entonces, ¿por qué esperábamos que fuera diferente, cuál
cambio?
A partir de este jueves Avelino Méndez tomará el cargo como
delegado en Xochimilco, rodeado de su gente, quienes ocuparán las preciadas
Direcciones Generales de la demarcación, y entre los que se manejan nombres de
personajes que (se supone) están vetados de la administración pública, como
José Carlos Acosta, y de otros que incluso, "combatieron" con Avelino
por el mismo cargo, pero con otros partidos como Flor Vázquez Balleza, quien fue
candidata del Partido Humanista, y Ana Julia Hernández, quien fue vencida
"extrañamente" y que participó por el PRD.
Sí, estos nombres suenan para ocupar los cargos más
importantes de la delegación, ¿usted quería un cambio? Pues ahí lo tiene.
Otros nombres son los que ya todo conocemos, el ex delegado
Juan González, Max Corrales, Joaquín Cabello, en fin, los que han dejado su
nombre escrito en administraciones pasadas, los que ya tuvieron oportunidad, los
que USTED no quería, y hoy, USTED, los volvió a colocar en un puesto como
servidor público.
Noooooo, y todavía falta más, porque al ganar el partido de
AMLO, hay que pagar el favor con lugares, y también hay que pagar el amiguismo.
Dos casos claros, son el de Clara Brugada, quien es incondicional del
tabasqueño y que ya ocupó la delegación Iztapalapa, y el de Faustino Soto, un
viejo amigo de don Avelino, quien también está formado con su cajita de pertenencias
esperando a que llegue la hora para ocupar su nuevo escritorio.
¿Se da cuenta de cuántas personas que pertenecen o
pertenecieron al PRD le he mencionado en esta columna? ¿Le gusta a usted el
cambio? ¿Se siente satisfecho porque ese 7 de junio se levantó temprano para ir
a votar por lo mismo?
Cierto, dicen que todos podemos cambiar, pero ¿y si no?
¿Y si los nuevos pupilos de Andrés Manuel salen peor que cuando
eran amarillos? Pues ya ni modo. Ya voto usted por ellos. Ora se aguanta.
De entrada: ¿Qué tan buena es la salud del nuevo
delegado?¿Cuánto tiempo le permitirá mantenerse en su cargo? Debido a esta
misma situación, ¿quién dirigirá la Delegación Xochimilco, Acosta, Faustino,
Brugada o hasta Martí Batres?
¿Por qué uno de los primeros acuerdos que tuvo Avelino
Méndez fue con los trabajadores de Nómina 8 y autogenerados, quienes le
intentan hacer la vida de cuadritos a Miguel Ángel Cámara en estos últimos
días, cuando tuvieron todos los tres años para exhibirlo? ¿Estrategia política?
¿Acuerdos con el líder llamado Marcelino? ¿Y si los trabajadores no obtienen
nada, pero su líder sí?
Eso sí, recuerde que las más connotadas manifestaciones que
ha vivido esta delegación y que lo han dejado en su auto por horas y horas sin
poder ir a recoger a sus hijos a la escuela o llegar a su hogar fueron obra y
gracia de la gente de Avelino.
Aquella cuando Cámara tomó posesión, aquella de las
trajineras quemadas en pleno crucero de Prolongación División del Norte y
Guadalupe I. Ramírez. Aquella marcha hasta el centro de la ciudad en apoyo de
Andrés Manuel donde llevaban hasta féretros. El problema de las obras de teatro
en Cuemanco.
