Por: Héctor Aguilar
Luego de pasar por el periodo de campaña, votación y
finalmente de conteo e impugnaciones, Morena ratificó su supuesto acercamiento con
el pueblo y obtuvo la confianza de quienes no tienen memoria, en un proceso
electoral que fu decidido apenas por un tercio de la población de Xochimilco.
El triunfo de Morena fue inobjetable, incluso en las
colonias donde otros partidos han dominado por años, como el PAN, en Bosques Residencial
del Sur o Jardines del Sur, el voto fue para los candidatos del partido carmín.
La decisión del electorado fue llevar a un partido nuevo al
poder. Nuevo, cierto, porque apenas cumplirá su primer año de formación dentro
del INE, pero con personajes siniestros, que ya conocimos hace algunos años en
la propia delegación, y quienes vienen por su “revancha personal” a partir del 1 de octubre.
Si la ciudadanía pensó que votar por Morena era transformar
a los corruptos perredistas que han dejado en la inoperancia e indefensión a Xochimilco,
no contaron con que muchos de los nombres que ocuparán los puestos más importantes
de la administración, ya han tenido ese mismo privilegio, formando parte del
Sol Azteca hace unos años; los mismos que no hicieron nada por esa esperada
transformación, sino que, al contrario, colaboraron para el hundimiento de la
delegación.
El propio candidato ganador, Avelino Méndez, quien no solo
ha tenido participación y apoyo dentro de los pasillos delegacionales, sino que
también ha sido diputado local y federal, sin mayor trascendencia política, y
mucho menos social, es la cabeza visible del triunfo.
Su gente, quienes ocuparán los puestos en direcciones de
área, son personas allegadas a Méndez Rangel, quien es un viejo lobo de mar en
este tipo de movimientos y quien tiene atrás de él a Martí Batres, otro “elegido”
para llevar las riendas de Xochimilco desde hace muchos años, pero no de AMLO,
quien seguramente tiene mejores cosas que hacer que preocuparse por el microscópico
5 por ciento que deja Xochimilco cuando se trata de elecciones federales o
presidenciales.
Si le suenan los nombres es porque ya han estado en la administración:
De los que se esperan tomen posesión en unos meses surgen nombres como Maximino
Corrales, Joaquín Cabello, el propio ex jefe delegacional,
Juan González, la ex coordinadora de Comunicación Social, Donají Olivera, el ex
secretario particular de Uriel González Monzón, Saulo Rosales, y hasta el
propio José Carlos Acosta, quien, a pesar de estar inhabilitado, de seguro lo
veremos en alguna posición.
Es decir, nada ha cambiado, el antiguo PRD solo se ha hecho
más viejo.
Los que estaban hace tres años, van de salida, y muchos de
ellos,, quienes fueron a los que quitaron a los otros, será removidos de sus
puestos por los mismos que echaron hace unos años.
Es decir, no se renovará nada, se irá hacia atrás, con los
primeros que ya tuvieron tres años sin hacer nada.
¿Cambio? ¿Transformación? ¿Crecimiento? ¿Un mejor
Xochimilco? Tendremos que esperar, pero en el papel, no se ve un futuro muy
halagador. Más bien, se observa un retroceso, la misma carencia de valores, pero
eso sí, mucho más de “madurez” que seguramente no permitirá que los viejos
lobos caigan en las mismas trampas que sus jóvenes predecesores.
Y que llevarán a caer a alguien, porque si la bandera de
Morena es la “honestidad” la mejor manera de comprobarlo es castigando a alguien de esta, la peor
administración en la historia de la demarcación. No se extrañe si los primeros
días de la nueva administración hay noticias que tienen que ver con demandas
judiciales.
Xochimilco, sufrirá. Ojalá nos equivoquemos.
1 comentarios:
Buenos comentarios, pero para saber su justa dimensión, sería bueno saber quién los escribe
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