CONTACTO: Whatsaap redacción: 729 779 1273

CONTACTO: Whatsaap redacción: 729 779 1273 Correo: informativo.anahuac09@gmail.com / Twitter: @Xochimilco_Mx/ Facebook: Anahuac Xochimilco.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Las breves del Anáhuac: De los balcones al lodo y al “NO” vecinal: así se juega hoy la política local.

Entre los festejos, calles inundadas y una resolución social, Xochimilco y Tlalpan muestran el termómetro de la política real.

Por: Héctor Aguilar

Emociones encontradas


La noche del 15 de septiembre en la explanada de Xochimilco fue todo un espectáculo que mezcló tradición, música y un detalle que pocos esperaban: la reconciliación. La alcaldesa Circe Camacho salió al balcón para dar su primer Grito luciendo un vestido rojo con bordados en dorado, acompañado de una chalina amarilla que le daba un aire festivo y auténtico. Frente a ella, una plaza llena hasta los bordes de vecinos que ondeaban banderas, gritaban con fuerza y cantaban el Himno Nacional a todo pulmón. Pero más allá de la parafernalia, lo verdaderamente importante fue el ambiente: gritos de alegría en lugar de reclamos, aplausos sinceros donde antes había sospecha o desconfianza. Circe, visiblemente emocionada, platicaba después que este respaldo popular la llenó de energía y gratitud. Parecía, al fin, que el pueblo la estaba dejando gobernar con su estilo, con su propio sello. No fue solo un grito patrio, fue una especie de bautizo político: una reconciliación pública con quienes habían dudado de ella. Y eso, en política, vale más que el vestido, las luces y hasta el mariachi. 

Del festejo al trabajo en campo

En Tlalpan, la escena fue distinta pero igual de significativa. Gabriela Osorio apareció la noche del 15 de septiembre en el balcón principal de su alcaldía luciendo un elegante vestido color obispo, cruzado, con mangas abiertas y una caída impecable que le dio un porte solemne. Desde ahí, recibió el lábaro patrio y encabezó la ceremonia del Grito con la misma fuerza con la que arengó a su gente a recordar a los héroes nacionales. Miles de tlalpenses respondieron con vítores y entusiasmo en una explanada abarrotada, entre luces, música y un aire de fiesta nacional que parecía perfecto. Sin embargo, apenas pasaron unas horas para que la política mostrara su verdadero rostro. Al día siguiente, un aguacero brutal inundó Coapa y varias zonas del sur. La fiesta se acabó y comenzó la realidad: calles colapsadas, familias con el agua hasta la rodilla y vecinos pidiendo ayuda. Ahí, sin pensarlo mucho, Gabriela se quitó el traje de gala, se puso unas botas de plástico y encabezó personalmente los trabajos de limpieza y desazolve. Esa imagen de la alcaldesa, sin maquillaje político, metida en el agua con su gente, habló más que todos los discursos. Porque una cosa es levantar la bandera en un balcón y otra, muy distinta, es entrarle al lodo cuando hace falta. Y Osorio lo hizo sin titubeos. Una alcaldesa de todo terreno.  

La utopía y Del Monte

Hoy hace ya nueve años, un joven Gabriel del Monte proseguía una insipiente carrera política, con sus reuniones de vecinos en el barrio de San Lorenzo. El contador proseguía con una carrera política que, aunque no ha coronado con un triunfo, le ha dado conocimiento, madurez política, y sobre todo relaciones públicas al haber representado a varios partidos en sus funciones como candidato. “Exigiremos a la autoridad delegacional de Xochimilco, escuche y atienda las demandas vecinales más apremiantes del barrio de San Lorenzo”, dijo en aquel entonces como líder de su comité ciudadano, sentando las bases para lo que este fin de semana resultó un triunfo para la sociedad de Xochimilco, con la victoria del NO, en la encuesta para que se edificara una utopía en el Deportivo Xochimilco. Del Monte podrá tener claroscuros en su historia política, pero es un tipo preocupado por Xochimilco y su gente, eso que ni qué. 

Utopía: ¿Triunfo o derrota?

La consulta sobre la Utopía dejó un sabor extraño en la política local. Para algunos fue una victoria vecinal, para otros una derrota de las autoridades, y para no pocos, una jugada política de doble filo. Lo cierto es que Xochimilco tiene sus propias reglas y su propia idiosincrasia, algo que el Gobierno central parece no entender del todo. La gente no estaba convencida, y ni un “sí” ni un “no” convenía del todo. Pero la decisión tomada terminó siendo la más prudente: se escuchó al pueblo, se evitó imponer un proyecto polémico y se abrió la puerta a que las autoridades locales respiren políticamente. Curioso que, tras conocerse el resultado, no hubiera grandes festejos, ni gritos de victoria, ni pancartas de triunfo. Todo quedó apagado entre el eco del Grito patrio. Esa calma, sin euforia ni escándalo, dice mucho: a veces las victorias más importantes son las que se celebran en silencio, sin necesidad de pirotecnia. Porque en Xochimilco, donde la tradición pesa tanto, el verdadero poder está en saber leer los tiempos, escuchar al pueblo y no subestimar la fuerza de un “NO”. 

1 comentarios:

Luis dijo...

Estimado director Aguilar. Podría usted citar alguna manifestación pública o privada del Sr. del Monte a favor o en contra de la UTOPÍA ???. Gracias de antemano por la respuesta.

informativo.anahuac09@gmail.com

informativo.anahuac09@gmail.com
Recuerde que todas las imágenes y contenidos son propiedad de Grupo Asesores Editoriales, con excepción de las marcadas. Queda prohibida su distribución o captura sin el consentimiento de este diario. Envíenos un correo para obtener el permiso correspondiente.