Vecinos de varios pueblos de esa delegación
se quejan por la falta de sensibilidad política y abuso de algunas autoridades que
nace desde el propio delegado Jorge Alvarado.
Por: Alex Calva
Milpa Alta es una de esas
delegaciones donde parece que no sucede nada; una delegación rural, llena de
extensas planicies, terrenos fértiles y una población que no llega, según el último
censo, a los 150 mil habitantes, hay más gente viviendo en Tulyehualco que en
toda la demarcación milpàtense.
Sin embargo,
esto mismo provoca que los delitos no se conozcan y que las administraciones
parezcan limpias y refinadas, cuando en realidad es todo lo contrario.
Desde el pasado 7 de junio,
cuando cambió de manos, nuevamente, el poder administrativo, las denuncias
contra el jefe delegacional, Jorge Alvarado, han caído en racimos, primero
porque metió a trabajar a parte de su familia en su gobierno, luego porque no
cumplió con sus promesa de campaña con la gente que lo apoyó y tercero porque
se ha convertido en un giñapo, un verdadero títere de su propio hijo, Jorge Alvarado
Jr. (el junior de Milpa Alta), quien es el encargado de manejar toda la
demarcación.
Según nos hacen llegar una carta
a este medio, vecinos levantan una enérgica protesta contra este par de
personajes, a quienes acusan de hacerelos laborar sin paga para que les puedan conseguir un puesto en la delegación.
“Primero nos dijeron que íbamos a
tener trabajo, y no queremos una JUD o una Coordinación, solo queremos entrar a
trabajar, es todo lo que pedimos”, asegura doña Victoria Estrada, quien firma
la misiva.
“Nos han traído pintando bardas,
calles y hasta los deportivos con la promesa de tener trabajo, pero no pasa
nada. Trabajamos y trabajamos, pero el señor Alvarado no nos da nada”, dijo
esta persona de unos 55 años.
No obstante, afirman que quien maneja todo el
trasfondo político es Jorge Alvarado Jr.
“Jorge chico es quien autoriza, él maneja, dispone y hasta tiene
convenios con el encargado de Recursos Humanos, Alberto Petrea, quien tiene a
más de 100 personas, que ya entraron a trabajar y a les que cobra 500 pesos por
quincena a cada una”, nos dice.
Cuando quisimos entablar
conversación directamente con la delegación, nunca pudimos encontrar ni al
delegado, ni a su hijo, de quien nos dijeron: “es que él no trabaja aquí”.
Los uniformados
Por otro lado, también hay
críticas y quejas en al ámbito de seguridad, donde las andanzas de un jefe
policiaco de apellido Peña Hidalgo, son conocidas en los 12 pueblos de la
demarcación.
“Es un sujeto horrible, es jefe
gama, y ya estamos hartos de su corrupción. Se llama Emmanuel, nos ha hecho la
vida imposible al frente del sector. No hay patrullas, ni seguridad en la zona”,
afirma el señor Melquiades Rodríguez, una persona de la tercera edad.
“Nosotros hemos presentado varias
propuestas para cambiar a ese señor, entre ellas al señor Jesús Castro Ayotitla,
que es jefe delta, pero pues obviamente no hay respuesta de las autoridades”,
informo.
Don Melquiades, quien portaba el pantalón del
uniforme policiaco, con una camiseta blanca, pero sin ninguna identificación,
no quiso darnos más detalles, por lo que llamó "mi seguridad", pero afirmó que dentro de la
estructura policiaca de la zona ya no
hay radios de intercomunicación, ni patrullas, y sentenció: "El problema de aquí
es que la zona es muy diferente al resto del DF, aquí se necesitan Jeeps,
porque los caminos son muy complicados, hay que meterse en lodazales, en
subidas y bajadas y los autos tradicionales no llegan a ciertas zonas”.
0 comentarios:
Publicar un comentario