Por: Héctor Aguilar
Una vuelta por la noche del pasado viernes al vetusto pueblo
de Santiago Tepalcatlalpan nos bastó para darnos cuenta que algo está
sucediendo en el seno de Morena. Ya por la tele nos habíamos dado cuenta de que,
cuando menos, hay dos grupos formados en el mismo partido. Uno que tiene como
cabeza al senador Ricardo Monreal y otro al también senador Matí Batres.
Esa son las cabezas visibles que, hasta el momento, habían
sacado las garras, y se habían enfrentado; con mayor experiencia, el ex
gobernador de Zacatecas, le planteó a su opositor, una votación cerrada, pero
libre para determinar a la nueva encargada de los asuntos de la cámara alta por
su partido, lo cual fue acepado a regañadientes por Batres, a quien no le
interesa mucho eso de la igualdad de sexos en el poder.
Ahí ya se notaba algo de división, en el Congreso, ya se miden
las huestes que no están en total acuerdo con el presidente Obrador, aquellas
que ya no están al ciento por ciento con las decisiones del Ejecutivo, y como
todo cae, porque "hay que barrer las escaleras de arriba para abajo",
la cosa ya llegó a las alcaldías. Y el primer enfrentamiento se dio la semana
pasada, cuando la diputada Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, vino a
San Gregorio Atlapulco, San Mateo Xalpa y Santiago Tepalcatlalpan a hablar
sobre "medio ambiente", pero en realidad vino a "sondear"
cómo está la situación y el músculo del otro grupo de Morena, que no está con quien
hoy ejercen el poder.
Gente de los pueblos, esos que siguen esperando la ayuda
prometida de parte de la Presidencia,
esos que no tienen agua y que antes se las surtían por tandeo, gente que bajó
de la montaña, personas allegadas a quienes invitaron al jolgorio, como Ulises
Cedillo, se sentaron orgullosos en las primeras filas para escuchar a la ex senadora
y ex secretaria general del PRD hablar sobre "medio ambiente".
Lo curioso es que no vimos a nadie, pero nadie de la
alcaldía de Xochimilco, ah, bueno, sí... perdone usted, sí había unas diez
personas que acudieron con cámara y teléfono en mano, pero no estaban grabando la
interesante elocución de Padierna Luna,
sino pasando el video a los patrones que los enviaron, con el simple
hecho de observar quién estaba "jugando chueco". Pobre de aquel que
osara presentarse en el evento y formara parte de la estructura de la alcaldía,
porque su pellejo estaba en juego.
Conocedores de cómo se las gasta, la gente de José Carlos Acosta no se presentó en el evento, lo que marcó la división que tanto hemos
venido exhibiendo.
Otro punto, durante esa semana, fueron los acuerdos. A
partir del lunes, después del AMLOFEST en el zócalo capitalino, donde Obrador hará
una especie de informa de gobierno con grupos musicales invitados, ya
comenzaron a caer cabezas en la plantilla de directores de la alcaldía de Xochimilco.
No vamos a desvelar la cortina, pero para el martes, usted verá muchos cambios
en la mayoría de las direcciones generales, coordinaciones y jefaturas.
Se nota que los acuerdos no le gustaron al alcalde, y
también se nota que el poder corrompe, y no solo por el dinero, sino por el mismo
poder. Un partido dividido no da buenos resultados, ya lo comprobamos con el
PRD o el PRI, ¿por qué Morena quiere todo el pastel para un grupo? Porque los
carroñeros busca alimentarse primero, aunque el resto muera.
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