Desde hace más de un mes el enorme estacionamiento que daba
servicio en la calle de Gladiolas, justo detrás del viejo edificio
delegacional, cerró sus puertas, dejando sin un lugar seguro para dejar su auto
a cientos de personas; sin embargo, algunas de ellas se han tomado “la puntada”
de dejar sus coches sobre la acera, provocando que los peatones tengan que caminar
por la transitada calle, arriesgando su vida.
El capricho de estos conductores lleva varias semanas ante la complacencia de las autoridades, quienes no los molestan, a pesar de cometer una violación al Reglamento Metropolitano de Tránsito, que en su artículo 12, fracción IX, establece que está prohibido estacionarse; “Sobre, las banquetas, camellones, andadores, retornos, isletas y espacios reservados a peatones, sobre o debajo de cualquier puente; para ello es suficiente con que cualquier parte del vehículo se encuentre sobre estos espacios".
El capricho de estos conductores lleva varias semanas ante la complacencia de las autoridades, quienes no los molestan, a pesar de cometer una violación al Reglamento Metropolitano de Tránsito, que en su artículo 12, fracción IX, establece que está prohibido estacionarse; “Sobre, las banquetas, camellones, andadores, retornos, isletas y espacios reservados a peatones, sobre o debajo de cualquier puente; para ello es suficiente con que cualquier parte del vehículo se encuentre sobre estos espacios".
Para
colmo, muchos de estos autos son propiedad de doctores que trabajan en la
clínica del ISSSTE que se encuentra a unos pasos, trabajadores de la Compañía
Federal de Electricidad, y de otras personas, quienes se sienten protegidos por
sus cargos.
Esperamos que la autoridad haga algo al respecto, porque en esta ocasión tienen todo el reglamento para aplicar, sin salirse de las normas establecidas y, además, es una clara afrenta a su poder, al estar justo en la entrada trasera del recinto administrativo.
Esperamos que la autoridad haga algo al respecto, porque en esta ocasión tienen todo el reglamento para aplicar, sin salirse de las normas establecidas y, además, es una clara afrenta a su poder, al estar justo en la entrada trasera del recinto administrativo.
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