Un cercano y querido amigo me dijo una vez "las bardas
no votan", cuando tocábamos el tema de las elecciones para el DF. "Es
una situación que copio el PRD del PRI de los años 80", me dijo. Y saben
que, creo que tiene razón.
Sin embargo, en muchas delegaciones, incluyendo Xochimilco,
estamos hablando de una política antigua, una política viaje, que equivaldría a
lo que se vivió en esos años 80.
Por eso, se nos ocurrió nombrar a esta editorial con una de
las frases atribuidas al gran escritor mexicano Juan Ruiz de Alarcón, de su
comedia "La Verdad Sospechosa"
y que por alguna razón se le atribuye al “Tenorio” de José Zorrilla, claro con
alguna variación, porque en Xochimilco están apareciendo bardas por todas
partes con los nombres de los posible candidatos a un puesto de elección popular
“escondidos”, para el próximo 7 de junio.
Lo curioso es que muchas de ellas forman pare de supuestas
Asociaciones Civiles, desde luego para no llamar la atención como partido
político, aunque podrían estar en el límite de una denuncia por hacer campaña anticipada.
Y otra cosa curiosa, como diría el propio Zorrilla, es que “la
luna brilla mejor” cuando se está cerca del rival.
Nos llama la atención que cuando aparecen pintas apoyando a
un ex delegado guerrerense, al ladito, está la de otro ex perredista, que lleva
un buen rato sin brillo ni respeto para conquistar la meta que tanto desea
desde que formaba parte del Sol Azteca.
Luego están las de los candidatos (o en este caso las
candidatas) que ya forman parte de la estructura de la ALDF, y que con bombo y
platillo comienzan a pintar y pintar por todos lados.
"Las bardas no votan", es cierto, y usted como yo
pagamos las consecuencias de una contaminación visual más a la ya larga lista
de problemas de este tipo que vivimos todos los días.
¿Regularlas? es complicado, lo que podemos hacer es estar
conscientes de por quién se va a votar, y dejarse de coas con las bardas. Porque
ahora resulta que los candidatos ya no quieren mostrar sus colores, suponemos
que porque los partidos políticos han sido duramente calificados en los últimos
meses, pero el candidato tampoco pinta, tampoco crece, tampoco tiene esencia,
no se muestra, es conocido, a nadie engaña.
Sin bardas o con bardas, Xochimilco necesita, le urge, pide
a gritos un cambio con gente nueva, con gente deseosa de hacer bien las cosas. Con
candidatos jóvenes, sin cola que les pisen, "blancos" en cierto
aspecto.
Todos los que están en esas bardas, son conocidos, y ninguno
tiene buen nombre. Además, quizá “el bueno” ni siquiera ha puesto su nombre en
una pared. Al tiempo.
0 comentarios:
Publicar un comentario