Por: Redacción
Xochimilco vivió otra mañana de caos y golpes cuando desde
temprana hora se registró la llegada de patrullas y granaderos, quienes
rápidamente se hicieron notar sobre la avenida Guadalupe I. Ramírez. El motivo,
el primer intento por poner a funcionar los nuevos camiones que recorrerán el
llamado “corredor Vial Tlalpan” y que afecta directamente a la Ruta 26.
Cerca de las 7:00 AM los choferes de microbús cerraron por
algunos momentos el crucero de Guadalupe I. Ramírez y prolongación División del
Norte, aunque luego lo reabrieron no sin antes dirigirse al embarcadero
Fernando Celada, donde continuaron sus protestas.
En Santiago Tepalcatlalpan, vecinos y conductores se
enfrascaron en una serie de gritos y algunos golpes en la terminal de micros
que van a Izazaga. La cosa no pasó a mayores, pero llegaron patrullas de la SSP
para calmar los ánimos. Los primeros no quieren que los camiones viejos sigan
dado el servicio, aunque el principal problema ahí es lo estrecho de las
calles. El servicio e suspendió por algunos minutos.
Mientras tanto en el Fernando Celada los ánimos se caldearon
a tal punto que afectaron a los usuarios de transporte, quienes buscaban abordar
alguna unidad para ir hacia su escuela o trabajo.
Los granaderos rompieron una improvisada valla que
realizaron los choferes para evitar que cerraran el tránsito.
No hay reporte de personas lesionadas en ambos casos.
Cerca de cuatro horas después todo volvió a la calma, ante la
promesa de que ambos camiones, nuevos y viejos, circularían, por el momento.
Sin embargo, al haber más de un liderazgo en la ruta, el conflicto tiene
amplias posibilidades de volverse a dar.
La entrada de los nuevos camiones afectaría directamente a
los choferes y algunos dueños de unidades que circulan desde hace años, y que
formaron parte del más reciente cambio de parque vehicular que instrumentara el
GDF hace más de 20 años.
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