Héctor Aguilar
No hay fecha que no se cumpla... afirma parte del dicho que
todos conocemos, y para muestra un botón. Se concretaron las decisiones del
Tribunal Electoral de la Cdmx, así como del Tribunal Electoral del Poder
Judicial, quienes determinaron laudos correspondientes a las impugnaciones que
se presentaron tras las votaciones, tanto locales, como federales, el 6 de
junio pasado.
Xochimilco se vio involucrado en el TECDMX para determinar
quién se llevaría el triunfo por la alcaldía, lo cual sucedió a favor de
Morena, por lo que el candidato de la alianza panista, Gabriel del Monte, un ex
"independiente" y quien nunca ostentó la fuerza y el empuje del PAN,
por llegar de último minuto a ser candidato, se quedó con las ganas (bueno, aún
faltan un par de instancias, pero la realidad es que se ve muy complicado que
esto cambie).
Tras la impugnación de un puñado de casillas, la “parafernalia
panista” se volcó al apoyo “incondicional” para Del Monte, sin embargo, lo que pudo
haberse manejado en las entrañas de ambos partidos debió ser otra realidad.
Desde antes de la elección se sabía que la alianza buscaría
tener el control del Congreso de la Unión, razón suficiente para pelear con
uñas y dientes por una curul y poder “negociar” otras alternativas, que no
correspondían al deseo de quitar el poder legislativo a los morenos.
Este fin de semana nos enteramos que el TEPJF cambió su
determinación de darle el triunfo a la candidata de Morena en el Distrito 3,
Azcapotzalco, y nombrar ganadora a Wendy González, una ex diputada por
Xochimilco (magnífica persona, debo decir), quien toda su vida ha formado parte
del PAN, y quien tiene (ella sí) todo el apoyo desde las bases del partido
azul.
Aquí tenemos dos vertientes. La primera: Yo PAN, no me
interesa conservar las alcaldías, porque no era mi objetivo principal desde que
se pactó la alianza (el objetivo era el Congreso) y dos. Al presentar la
impugnación, tengo una herramienta muy poderosa para negociar, “una moneda de
cambio” para conseguir mi objetivo primordial.
Según se sabe, el PAN no invirtió mayor cosa (salvo sus
colores e imagen del partido) en Del Monte, apoyo económico no hubo demasiado.
Insisto, porque el objetivo no era ese y, sin embargo, hoy el PAN suma una
nueva diputada federal y pierde una alcaldía que le registra apenas poco menos
de 70 mil votos.
Eso sí, no hay ningún delito que perseguir, la gente, tanto
de Azcapotzalco, como de Xochimilco, fueron a votar, los órganos para
determinar quién ganó fueron utilizados conforme a la ley, pero la negociación “por
debajo de la mesa” queda abierta a la polémica.
¿Acaso el PAN habría pactado con Morena para perder Xochimilco,
pero ganar una diputación federal?
Quizá nunca lo sabremos. No obstante, el objetivo principal se
cumplió.
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